Alta ruta Oberland-Bernes, un sueño con esquís.

Seis días. Cinco cimas. Siete mil metros de desnivel. Más de cien kilómetros sobre glaciares, niebla y historia. El alpinista vasco Eneko Pou ha cumplido un sueño de juventud completando con esquís la Alta Ruta del Oberland Bernés, una de las travesías más icónicas del mundo alpino. Una aventura colectiva, técnica y exigente que sigue la línea iniciada años atrás con las míticas rutas de Chamonix–Zermatt y la Silvretta austriaca.

En esta ocasión, el mayor de los hermanos Pou ha compartido la experiencia con un sólido equipo de amigos y compañeros de cordada: Juan Vallejo, Jesús María Otxoa, Ibon Saint Boise, Iñaki Trokoniz, Óscar Guinea y Alfredo del Campo. Todos ellos recorrieron durante seis jornadas consecutivas este mar de glaciares suizos, con esquís de travesía en los pies, crampones a la espalda y el espíritu de exploración intacto.

Un Oberland profundo y cambiante

El itinerario, conocido por su remota belleza y su aislamiento, incluye ascensiones a cinco cumbres por encima de los 3.500 metros: Wyssnollen (3.600 m), Wannenhorn (3.906 m), Hinter Fiescherhorn (4.025 m), Louwihorn (3.773 m) y Abeni Flue (3.962 m). Una sucesión de ascensos, descensos y travesías glaciares que suman más de 7.000 metros de desnivel positivo y sobrepasan los 100 kilómetros en total.

La travesía fue bendecida por una meteorología estable, salvo en la jornada del Wannenhorn, coronada bajo niebla y ventisca. Pero sin duda, la cuarta etapa quedará grabada en sus memorias: 1.600 metros de desnivel y más de 15 kilómetros por un glaciar abierto, repleto de grietas y bajo la amenazante presencia de seracs colgantes. Un recordatorio constante de que en el Oberland la naturaleza no da tregua.


Los refugios del futuro están en el aire

Uno de los detalles más llamativos del recorrido fue el acceso a los refugios, marcadamente alterado por el cambio climático. Donde antes se llegaba esquiando al borde del glaciar, ahora hay que escalar tramos de roca seca o subir escaleras metálicas de más de 100 metros, como en el caso del legendario refugio de Concordia. La retirada de los glaciares es un fenómeno visible, palpable y tristemente acelerado.

De hecho, el grupo finalizó la travesía en el pintoresco pueblo suizo de Blatten, que apenas semanas después fue arrasado por una devastadora avalancha de nieve, roca y tierra. Un suceso que pone de manifiesto la creciente vulnerabilidad de muchos enclaves alpinos ante fenómenos naturales extremos cada vez más frecuentes.

 

Una pasión de largo recorrido

Para Eneko, el esquí de montaña es una pasión forjada a fuego en los Pirineos, donde comenzó realizando descensos extremos y se diplomó como profesor en Candanchú. Su trayectoria le ha valido premios como el Andrés Regil de la Federación Española de Montaña. Este último desafío en Suiza consolida una trilogía de altura, junto a las travesías de Chamonix-Zermatt (2022) y la Silvretta (2024), consideradas las tres grandes rutas clásicas del esquí de travesía en los Alpes.

Mientras tanto, su hermano Iker se embarcaba en una aventura paralela en las paredes del Atlas marroquí, abriendo la vía «Euskal Dantza» (8a, 310 m) en el impresionante Oujad. Dos hermanos, dos países, dos disciplinas… pero una misma sed de exploración y montaña.

El Oberland, más que una travesía

La Alta Ruta del Oberland Bernés no es solo un reto deportivo. Es una inmersión en el corazón glaciar de los Alpes, donde cada paso recuerda la grandeza y fragilidad del entorno. Un viaje de compañerismo, exigencia física y técnica, pero también de conexión profunda con el paisaje.

Para los hermanos Pou, el mundo sigue siendo un tablero por explorar. Y mientras sus esquís cruzaban la nieve suiza y sus pies se apoyaban en las paredes marroquíes, su mente ya proyectaba la próxima gran expedición: los Andes.


Ficha técnica – Alta Ruta Oberland Bernés:

  • Duración: 6 días

  • Desnivel positivo: +7.000 m

  • Cimas: Wyssnollen (3.600 m), Wannenhorn (3.906 m), Hinter Fiescherhorn (4.025 m), Louwihorn (3.773 m), Abeni Flue (3.962 m)

  • Refugios: Konkordiahütte, Hollandiahütte, Finsteraarhornhütte, entre otros

  • Distancia total: 100 km aprox.

  • Dificultad: Alta. Requiere dominio del esquí de travesía, cramponaje, navegación glaciar y gestión de riesgos