Lo que equivaldría a decir, que en un campeonato del mundo o una olimpiada, la escaladora austriaca ha conseguido la perfección en su ejercicio, como ya haría la archifamosa gimnasta deportiva Nadia Comaneci en aquella olimpiada de Montreal 1.976, cuando fue premiada por primera vez con todo dieces. Y fue una mujer, no fue un hombre, el que por primera vez veía ante sus ojos como todos los jueces sacaban el numero mágico, uno detrás de otro.
El logro de Ángela Eiter precedía en muy poco tiempo- ¡Este mismo verano!- a los encadenamientos de nuestra compañera en “The North Face” Margo Hayes de “La Rambla” primero y
“Biographie” después, creo que los dos 9a+ mas famosos del mundo, y no solo por su dificultad, también porque la primera es creación de Alex Huber (Primera en libre con la extensión para Ramón Julián) y la segunda de Jean Christophe Lafaille (Primera en libre con extensión para Chris Sharma), y detrás de los dos encadenamientos, ha habido años de esfuerzo.
En ninguno de estos dos casos ha sido una mujer la que entre comillas “ha batido un récord mundial” pero reconocerme que la escalada deportiva es uno de los deportes en los que la dificultad femenina y masculina mas cerca han estado siempre.
Primero fueron Catherine Destivelle y Lynn Hill.
La primera con su encadenamiento de “Choucas” 8a+ y sobre todo sus posteriores vías de alpinismo (Sirva de ejemplo la vía abierta en el Dru), y la segunda, con aquel encadenamiento estratosférico de “The Nose” 8b+/1.100 m al Capitán en 1.992, la vía de pared en libre más famosa del mundo, y esta vez si “batiendo un récord mundial” que no había conseguido ningún chico anteriormente: ¡Si, como Nadia Comaneci!
Después vendría Josune Bereziartu, rompiendo barrera tras barrera del 8c hasta el 9a primero con “Bain the Sang” y después con “Bimba Luna” 9a/+.
De por medio, nuestra compañera y amiga en TNF Fernanda Maciel ha batido el récord de ascenso en Aconcagua y Kilimanjaro, o Núria Picas, demostrando carrera tras carrera, que las chicas se merecen un hueco en lo más alto.
Para nosotros esta “revolución femenina” es un motivo de orgullo en nuestro mundo montañero: ¡Que siga así, y que siga así por mucho tiempo!
All the best!